19 de octubre de 2013

¿Morbo o diversión?


         La necesidad de encontrar nuevas formas de disfrutar las vacaciones y 
     conectarse con otros sentidos permitió el surgimiento de una nueva tendencia
     turística que se basa en la visita a lugares que fueron atravesados por 
    catástrofes. 
         Los campos de exterminio nazi en Auschwitz, Polonia, la zona de exclusión 
      de Chernobyl,  en la que explotó un sector de su planta nuclear, las ruinas 
      de la antigua ciudad de Pompeya, Italia, y el memorial de la Zona Cero en 
      Manhattan son algunos de los destinos que captan miles de turistas por año. 
         Este nuevo fenómeno se denomina turismo negro. Sitúa a las tragedias y
       y a la muerte como el centro de atención y atracción principal de la mirada del 
       turista. 

  

RADIOACTIVO

         Chernobyl es el destino que más llama la atención de los visitantes 
   desde que en 2011 el gobierno ucraniano decidió habilitar las visitas a la zona de 
   exclusión, donde se encuentra la central nuclear que explotó en 1986. 
         Los niveles de radiación bajaron notablemente en estos 27 años y hoy se 
   estima que la exposición radiactiva equivale a la misma  que se recibe al 
   sacarse una radiografía. Sin embargo, el riesgo de contaminación no 
   desapareció y, a la hora de visitar el lugar, hay que cumplir con ciertos recaudos. 





Todas las semanas se organizan visitas en grupos de no más de 20 personas para recorrer Chernobyl. Los directivos de  la agencia ucraniana estatal Interinform explicaron que la decisión de inaugurar el tour se basó en el deseo de querer mostrarle al mundo que Ucrania ya no es una amenaza nuclear.

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